jueves, 23 de enero de 2014

GAMONAL: CIRCUNSTANCIA Y SÍNDROME.




1. Burgos tiene un perfil de ciudad media de 180.000 habitantes, conservadora, tranquila y agradable para el visitante. Como casi todas las ciudades españolas su calidad de vida mejoró mucho, desde la llegada de los Ayuntamientos Democráticos, aunque en este caso las mayores transformaciones urbanas se produjeron desde 2002: Desvío del Ferrocarril y recuperación urbana de los terrenos del viejo trazado (proyecto de “masterplan” de Herzog y De Meuron), el complejo de la Evolución Humana (Auditorio, Museo y Centro de Investigación, proyectado por Juan Navarro Baldeweg), Nuevo Hospital, Desarrollo de Rondas interiores, Rehabilitación del Centro Histórico, Referencia y Premio de Movilidad Sostenible, por el desarrollo de un proyecto europeo “Cívitas- Carabel”, etc. Son los principales proyectos ejecutados, aunque existen unos cuántos más de interés, pero de menor entidad. Esta actividad se tradujo en un incremento del endeudamiento, que se agravó con el estallido de la burbuja inmobiliaria y alcanzó 154 millones de euros de deuda viva (851€/ habitante) en 2012, según el Ministerio de Economía, pero la peor amenaza puede ser la deuda de dos consorcios municipales (con antiguas entidades financieras locales) sobre los terrenos del ferrocarril (150 millones) y un polígono industrial (90 millones).




2 El Bulevar Ferroviario, tras la eliminación de la travesía urbana del ferrocarril, es la expresión de una profunda transformación urbanística que afecta a Burgos. Los terrenos directamente afectados abarcan unos 12 kms y unas 200 Has, atraviesa terrenos de muy variada condición (urbanos consolidados, sectores urbanizables, parques periurbanos). El desvío ferroviario está en funcionamiento desde hace años, incluso están urbanizados parte de los terrenos liberados en suelo urbano, los que fueron objeto del “masterplan “ del “Bulevar Ferroviario” realizado por HDM, pero con la crisis la ocupación de solares por edificios, cuyo valor de suelo financiaba la operación urbanística, es muy lenta y subyace en la deuda del consorcio mencionado. Es obvio que una operación de esta magnitud supone una ciudad diferente, de unos 220.000 habitantes; se desarrollará en un plazo dilatado, entre veinte y treinta años, y dependerá de la capacidad de Burgos para mantener su ritmo de desarrollo de los últimos cincuenta años. Las propuestas de HDM se recogieron como modificaciones del Plan General de Ordenación Urbana pero, además, estaba previsto que proyectaran dos edificios para el Consorcio, de los cuales se presentó uno en el Colegio Oficial de Arquitectos y quedó “aparcado sine die”. El bulevar es un proyecto discreto, cuya imagen más singular la aporta la iluminación, mediante unas luminarias suspendidas de cables tendidos desde unos mástiles. Ciertamente el prestigio de “los Pritzker” HDM como diseñadores de edificios no se discute, pero este encargo de bulevar era una escala incómoda para ellos, aunque difícil de resistir ante unos honorarios importantes.



3. Gamonal fue un municipio anexionado que en los años “60” absorbió la mayor parte del proceso desarrollista burgalés (Burgos fue designado Polo de Promoción Industrial en 1963). Este hecho dejó prácticamente inalterada la estructura urbana preexistente, pero produjo un desarrollo urbano acelerado de baja calidad durante los primeros veinte años, cuando el municipio casi dobló su población (de 82.177 a 156.449 habitantes entre 1960 y 1981). Entonces se construía con fuertes densidades y edificios en altura, unas once plantas, sin garajes, de modo que el único aparcamiento posible era el que acogían las calles; el incremento acelerado del parque automovilístico creó en Gamonal un problema histórico pendiente de solución. El visitante se sorprenderá ante el uso natural de la doble o triple fila, incluso por las noches, pero los vecinos han desarrollado un singular sistema de ocupación que parece resolver satisfactoriamente el tema de aparcar sin bloqueos. Cualquier estudio de tráfico y movilidad evidencia la necesidad de aparcamientos y, en agosto de 2005, se iniciaron obras para hacerlo en la avenida Eladio Perlado, pero nada más iniciarlas se produjeron violentos disturbios, muy similares a los de ahora, y ante el rechazo de los vecinos, que no querían la reducción de plazas de aparcamiento en el espacio público, se desestimaron las obras. Entonces no había crisis económica, pero los estudios previos indicaban una reducida demanda de las plazas de garaje a precios inferiores al coste de construcción.



4. El bulevar de la discordia se desarrolla sobre la arteria principal de Gamonal, la calle Vitoria, y asume un diseño de bulevar similar al realizado, según la propuesta de Herzog y De Meuron, sobre los terrenos liberados del Ferrocarril: un carril de circulación en cada sentido, carril de vehículos públicos, carril bici, reducida presencia de aparcamientos en superficie y ampliación de áreas peatonales y arbolado. Parece correcto ante un estado actual manifiestamente mejorable, ya que se acusan todas las limitaciones de sus orígenes y, puesto que los edificios continuarán durante muchos años, la mejora de la calidad urbana debe centrarse en el espacio público y los equipamientos. La sustancial pérdida de plazas de aparcamiento en superficie, sobre el espacio público y gratuitas a pesar de las incomodidades reflejadas, marcan una línea de rechazo fundamental por parte de la mayoría de los vecinos, que no quieren perderlas y plantean la ubicación de aparcamientos en otras zonas de menor impacto comercial.




5. La crisis ha castigado a la población burgalesa (18.000 parados) y de modo especial al barrio de Gamonal (70.000 habitantes). Además el Ayuntamiento ha reducido servicios sociales dentro de sus políticas de austeridad. Se parte de un contexto mucho más desfavorable que el de 2005. La obra prevista supone 8.000.000 € para el tratamiento de un “kilómetro de oro” y otros 5.000.000 €, a asumir por la constructora mediante una concesión administrativa de cuarenta años sobre plazas de garaje a 19.000 €. La carga de la deuda de 851€/ persona, se incrementaría en 45 € más, sin contar costes financieros. La respuesta de los beneficiarios directos ha sido NO. No más deuda y menos si es a costa de la desaparición de servicios existentes menos costosos (empezando por el aparcamiento). El mensaje reiterado de la austeridad ha llegado a los ciudadanos y sus deterioradas economías y ha sorprendido la filosofía tradicional de los políticos, de presentar obras nuevas como mejoras de sus mandatos; como resultado se ha producido un choque violentamente imprevisto, que plantea múltiples reflexiones.


6. Los incidentes creados por el inicio de las obras de un bulevar en el barrio de Gamonal han desbordado, holgadamente, cualquier escenario de conflicto que hubieran imaginado sus principales protagonistas: Ayuntamiento y vecinos, incluso los burgaleses en general. Nadie esperaba ser noticia de portada en los noticiarios internacionales, pero así ha sucedido. Las imágenes de violencia son llamativas y remiten a otros estallidos, en Francia o Inglaterra, pero al pasear por la “zona cero”. En este caso se ha observado un claro criterio selectivo: la destrucción se concretó en locales de entidades financieras (sólo se respetó a Bankinter), además de los contenedores, mobiliario urbano y medios auxiliares de la constructora; el resto de los locales particulares, incluso los que carecen de actividad, no fueron afectados. Esa selección implica que “los vecinos no tiran piedras contra su propio tejado” y evidencia que entre los protagonistas de los incidentes, no había peligrosos “antisistema foráneos” infiltrados. España lleva tiempo en el punto de mira de su estabilidad social. El deterioro económico y su insoportable tasa de paro del 26%, agravado en los jóvenes con la mayor tasa de la U.E. superior al 50%, el desánimo por la corrupción, suponen las bases para una temida conflictividad social; pero, hasta ahora, los españoles han mostrado una gran capacidad de sacrificio y de solidaridad en las estructuras familiares y asistenciales no gubernamentales. Sin embargo, tras seis años de crisis, se anuncia una recuperación financiera, pero una dilatada salida para la generación de empleo. Con la llegada de la crisis se admitió que ésta sería la primera generación, en muchos años, que viviría peor que sus padres; pero se trata más bien de una “generación perdida”, yo diría que “entre paréntesis”, cuyo drama joven es que no se ve el cierre.




7. Las redes sociales son la gran vía de socialización de nuestros días. Es indiscutible su enorme potencial de movilización, pero también se ha constatado su incapacidad para concretar respuestas. Su carácter difuso aporta una promiscuidad inicial que se decanta en una lucha de poder, en las que los más radicales tienen mayores opciones de éxito, a costa de anular a la mayoría. El desconcierto generado por la “primavera árabe” y sus dramáticos resultados posteriores son un ejemplo. Sin esperanzas claras, pero con unas redes sociales de potencial inflamable, incluso se circuló la muerte de un manifestante atropellado por la policía, los jóvenes se alejan del Sistema, lo que supone un serio problema por sus riesgos potenciales. El discurso de Marshall Mc Luhan sobre la calidez de los medios de comunicación ha sido desbordado porque, cuando llegan los medios de comunicación convencionales, la Red ya ha generado la noticia, incluso puede “estar de vuelta”. Es un escenario muy incómodo para la poca agilidad de las Instituciones.


8. El 15 M fue un icono de protesta cívica ante la degradación de un sistema de derechos ciudadanos. Nunca quiso ser nada más que un movimiento de conciencia, lo que ha demostrado ser una aspiración demasiado modesta, también fue noticia de portada y llamó a muchas conciencias, incluso fuera de España; pero fue efímero. Ahora “lo” que se espera y teme es un icono de rebelión social violenta y su contagio; Burgos y su bulevar, que pasaban por allí en un difícil contexto socioeconómico, parecen dar la imagen que los medios aguardaban. La realidad es más sencilla; los vecinos de Gamonal no son estereotipos políticos, como se les trata en los debates de estos días, son gente normal y basta hablar con ellos para ver su decepción por no haber sido escuchados, están molestos por la tensión generada y desconcertados por un protagonismo involuntario. Tiene razón el alcalde, Javier Lacalle, cuando afirma que la paz social es más importante, pero es lamentable que esa violencia injustificable, minoritaria y curiosamente selectiva, concretada en locales de entidades financieras, haya sido clave para ser atendidos. Las ciudades deben tener foros de diálogo que impidan crecer a minorías violentas. Las dificultades del momento requieren acuerdos y los hechos reflexión.





9. Un nuevo contrato ciudadano encubre la percepción de los vecinos del barrio de Gamonal, que es manifiestamente mejorable y tiene un problema histórico de aparcamiento, pero al poder establecido legítimamente, se le plantean criterios de oportunidad y sensibilidad en un contexto de crisis, local y nacional. Lo importante de éste caso es el cambio que supone para una nueva valoración de las políticas locales: “olvidar las inauguraciones, mantener lo existente lo mejor posible y evitar aumentos de deuda e impuestos, porque los ciudadanos no tienen dinero, tras seis años de crisis”. Como diría Javier Marías, es un Nuevo Contrato Social y lo que subyace es un modo de gobierno (gobernanza) menos espectacular, más humilde y transparente, para una Sociedad más compleja e interactiva, pero aún por configurar. La ciudad es de todos y, en este caso, los vecinos han ejercido su “derecho a la ciudad” en lo que les afectaba directamente, su barrio, y han rechazado la propuesta municipal, por argumentos funcionales, pero sobre todo económicos en una situación de crisis. Cuando no hay dinero para encender la calefacción, te cortan la luz, te desahucian o se vive en la penuria, no es razonable incrementar deudas y aumentar impuestos. Este detalle debe ser considerado por los políticos y sacar conclusiones, por el bien de todos.




10. Todos estamos en la Red y los Ayuntamientos no pueden ignorar esa interactividad. La movilización ciudadana pude surgir con facilidad, con razón o sin ella, pero siempre favorecida por la opacidad y las dificultades socioeconómicas. Las Administraciones debe tener un papel activo para transmitir su actuación al ciudadano, basada en la eficiencia y la transparencia. Ello supone la divulgación de los proyecto de interés general que se promueven de “arriba- abajo”, pero debe abrir una vía de participación opuesta, que se genere de “abajo arriba”, de las demandas de mejora más inmediatas al entorno ciudadano y los técnicos, especialmente los arquitectos, debemos ocupar un papel importante para dar forma a esa participación. Una participación verdaderamente democrática, que transciende del mero papel legitimador de la exposición pública con alegaciones, muy respetable, pero insuficiente cuando se dilucidan intereses locales concretos. El caso de Gamonal es un ejemplo, aunque se trate de una arteria urbana principal, el impacto sobre el espacio público es esencialmente local.



11. El “Síndrome de Gamonal” es el indicio del deterioro económico y social, de la realidad de muchos ciudadanos. Es un aviso, como lo fue el 15 M, y los españoles han demostrado madurez y contención, como en la Transición, pero nuestros políticos deben reflexionar sobre la regeneración del Sistema en plena crisis. Son avisos y quizá la próxima vez los hechos puedan ser más graves





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