martes, 6 de octubre de 2020

CINI BOERI Y/O EL ESTILO.



Con el fallecimiento de Cini Boeri, desaparece la última de una excepcional trilogía italiana de arquitectas-diseñadoras: Lina Bo Bardi (1914-1992), Gae Aulenti (1927-2012) y la misma Cini Boeri (1924-2020). Son tres personalidades femeninas indudables en actividades predominantemente masculinas, en la época que inician su actividad. Fueron arquitectas por formación, con referencia en Milán (Lina estudió en Roma, pero se asentó en Milán antes de su “epifanía” brasileña) y como alumnas y colaboradoras trabajan con Gio Ponti, el arquitecto seminal del Movimiento Moderno en Italia, fundador de la revista “Domus” y quien marca el perfil del arquitecto-diseñador, que alcanzaría su mayor proyección en los años “60” y “70”, y que sigue asociado con diseño italiano. Cada una aporta su visión arquitectónica en los edificios que diseñaron, pero participan de ese reconocido “diseño italiano” elaborado por prestigiosas firmas, que se nutrían de ese mundo de diseñador@s (Lina se vuelca en su nueva nación, pero mantiene esa versatilidad en la distancia). Las tres diseñan objetos pero se aproximan a ellos desde diferentes escenarios vitales; el activismo cultural en el exuberante contexto brasileño (Lina), la de Arquitectura más prolífica  y reconocida diseñadora y escenógrafa (Gae) y la de obra más próxima, viviendas unifamiliares, interiores y objetos, cuya presencia respiraba su “estilo”: Cini



      Cini Boeri




Gae Aulenti                                                       Lina Bo Bardi

 

 I.- COMIENZOS.

 

Gio Ponti sabía apreciar el talento y había mucho entre sus alumnos, así que no le pasó desapercibido el de Cini Boeri y es conocida su invitación a trabajar en su estudio, nada más terminar la carrera (1951): ”si quieres trabajar, pasa el lunes por mi estudio”. Así lo hizo, pero a los tres meses cambió al de Marco Zanusso, otro referente del “Bel Design” italiano, con quien colaboró en Arquitectura Interior, fundamentalmente. Ernesto Nathan Rogers, el primo italiano Richard Rogers y miembro del estudio milanés BBPR,  formaba parte de ese grupo, fue profesor suyo y Cini recuerda su influencia, con la siguiente cita:



Lámpara Abate Jour. Arteluce 1975             Poltrona Borgoña. Arflex 1964


“La personalidad individual no nos interesa mucho, la personalidad del trabajo nos preocupa mucho más. Nos importa poco que se diga que un edificio es 'tal' o 'tal' si el monumento no comunica su propia alma. Una casa tiene que ser el hogar primero, e importa menos si es 'mía' o 'tuya'. Un artista, cuando es verdaderamente tal, siempre deja un rastro de sí mismo en su trabajo, y este signo, creemos, es tanto más profundo cuanto menos le importaba al artista grabarlo. Este principio que informa nuestros proyectos le cuesta a todos el sacrificio de los suyos”.




Cini Boeri. Boborelax. Arflex1967. Luceta (Stilnovo, 1974) y Lampara de mesa (Arteluce 1968)                                    

Cini decidió independizarse, en 1963 abrió su propio estudio y el éxito la acompañó. Sus diseños fueron parte de los catálogos de primeras marcas,  y mantenía su trabajo de interiores, así como los encargos de viviendas unifamiliares. Éstas no obedecían a un estilismo arquitectónico concreto o propio, sino a una singularidad en cada uno, como respuesta personal de la arquitecta a la intención de sus clientes y el entorno donde se ubica. Aunque su trabajo más destacable es como diseñadora, pues es abrumadora la cantidad de diseños de éxito que produjo en mobiliario, iluminación y complementos en general, los resultados son fieles al espíritu de Ernesto Rogers, lo explica con claridad:







 


                   Mesa "Lunario". Knoll 1972








Silla Bottolo. Arflex 1973







                                                                      Butaca y sofá "Pecorella". Arflex, 1972. 

II.- VIVIENDAS.

“Mi experiencia se relaciona principalmente con usuarios independientes que me pidieron que construyera su lugar, su casa. ¡Y eso no es poco! Su hogar significa su refugio, su seguridad, sus afectos, su socialización, su descanso y su capacidad para reflexionar. También puede significar sus sueños, sus deseos. Y los arquitectos debemos dar forma a todo esto”.

 

Así se puede apreciar que sus viviendas son más “objetos” que “máquinas” de habitar y responden a deseos personales del cliente, subjetivos, relacionados con su entorno abriéndose o cerrándose a él, según el ambiente o el paisaje. En 1966 recibió un primer encargo en la isla Madalena, la Casa Rotonda, que como todos sus edificios es de cuidada ejecución y formalista por su planta, producto del maclado parcial de dos círculos encajados en la curva natural de una escollera, que hizo sencillo insertar la casa adaptada a esa forma de la construcción. El círculo principal se articula en torno a un atrio circular, abierto en sus vistas al mar, desde el que se accede a las dependencias y a la cubierta plana, convertida en terraza semiencastrada en el terreno.  












Cini Boeri. Casa Rotonda 1967 


La isla le resultó tan atractiva, que al año decidió construir su propia casa en la isla: la Casa Maddalena (1967), popularmente conocida como la “Casa Bunker”; naturalmente es una obra apreciada especialmente, pues era para su familia. Tiene ese aspecto de mastaba o de un verdadero bunker, como se la conoce popularmente, pero en ella subyace la “domus” romana, con un atrio y estancia central al que se abren cuatro dormitorios con sus baños individuales, y una cocina común, de modo que se cierran tres paños y el cuarto está abierto al paisaje de la bahía, haciendo un toldo, como espacio zaguán de transición al exterior. La vivienda se asienta en un terreno descendente hacia el mar y las dependencias se adaptan a la topografía, que desde la plataforma del atrio central, accede mediante escalones a cada habitación. Estas dos casas, Rotonda y Bunker, formalmente no guardan relación, a pesar de ser construidas con un año de diferencia, pero sí se aprecia el “rastro” del artista que planteaba Ricardo Rogers: ambas se conciben con sobriedad y se ejecutan con gran precisión, se adaptan al terreno, se organizan funcionalmente respecto a un atrio central y éste se abre al paisaje deseado. Las imágenes resultantes son concluyentes y coherentes con su idea de que “la Arquitectura debe: provocar, ayudar a la gente y, si es buena, mejorar con los años”.

 




Cini Boeri. Casa "Bunker". 1968


En la misma línea de independencia estilística y adaptación al lugar se plantean sus obras realizadas, entre otras se acompañan imágenes de la Casa del Bosque (1969), cuya planta, como siempre se integra en el lugar, respetando el arbolado de abedules preexistente y se dispone con un trazado quebrado que se acusa en una planta muy dinámica expresada en su movida envolvente. En el interior, los espacios se suceden fluidamente, diferenciándose mediante diferentes niveles las estancias, que se cierran mediante sistemas correderos. En obras posteriores adoptó criterios más  próximos a la idea de tipología residencial convencional,  pero siempre acordes con el entorno de ubicación. La Villa en Porrentruy (Alsacia, 1989, Suiza) donde se impone la cubierta de fuertes pendientes por las nevadas de la zona; la Villa sul tre Libeli en Piacenza (1993), con una imagen rural, adaptada a una topografía permeable en su planta baja, que condiciona sus tres niveles; Casa La Sbandata, en La Maddalena (2004), el terreno es descendente y con vistas al mar, el ayuntamiento limitó la ocupación a la de la edificación preexistente, la inclinación de la fachada hacia el mar, junto a la pendiente de la cubierta permite una mejor protección del sol y los huecos de la planta superior se abrieron buscando las mejores vistas, la escalera exterior en la fachada norte, permite el acceso a la terraza de la cubierta. Son ejemplos de viviendas de aspecto más convencional, igualmente interesantes y en armonía con su entorno, respecto al que procuran crear espacios de transición entre interior y exterior, mediante el uso de jardinería o el añadido de carpas. También realizó edificios no residenciales con la misma elegancia que sus diseños, como la “Cantina Pieve Vecchia”, que la supuso un desafío especial, pues era ajena a la cultura del vino, al ser abstemia. Su respuesta fue una excelente bodega realizada en 2012 en Grosseto, plenamente adaptada a la ondulada topografía del terreno e integrada en el paisaje. Ella afirmaba que “me gusta más diseñar interiores, porque la disposición de los espacios siempre refleja una determinada forma de vida”. Ciertamente ese punto de partida supone una aproximación relevante al cliente y realizó numerosos e importantes encargos, en la Trump Tower de New York, acondicionó una planta. Se adjunta el acondicionamiento de unos 330 m² en un palacio del Centro Histórico de Milán, la "Casa su tre livelli", pero es más difícil encontrar imágenes.  


 





Cini Boeri. Casa en el Bosque. 1969 




Cini Boeri, Casa La Sbandata. 2004


III.- DISEÑO.


Su diseño de mobiliario constituye otro universo paralelo y especialmente prolífico. Para ella, el diseño industrial representa la provocación, “proyectar para hacer la costumbre más divertida”, y así produce numerosos y variados diseños de mobiliario, iluminación, complementos, menaje… que comercializarán las principales casas de diseño (Arflex, Arteluce, Knoll, FIAM, Arnolfo di Cambio). Investiga la incorporación de nuevos materiales, como el poliuretano, que permitan mayor confort, evitando estructuras internas y así sucede con el “Serpentone”, una propuesta de diván de extensión y configuración variable, la butaca “Bobo-Relax”, ejemplos que conviven con variados diseños de sofás, como las series “Strip” de sofás, divanes y camas, o “Pecorella” de sofá y butaca” de patas vistas (inspirado en la obra de Christo Vladimirov), la silla “Bottolo” (una peculiar transformación de oveja)… Incluso, cansada de diseñar sofás, divanes, mesas… decide diseñar algo “invisible” y lo concreta en la “Ghostchair” realizada plegando una lámina de vidrio de 12 mm de espesor, con Tomu Katayanagi como colaborador.


   Cini Boeri. Serpentone (1). Arflex, 1971

      Cini Boeri. Serie "Strips", 1972.



   Cini Boeri. Serpentone (2). Arflex, 1971



Su diseño trasciende del mobiliario y entra en la mejora funcional del entorno cotidiano, en gran variedad de objetos: lámparas para Arteluce, cristalerías, bolsos para Prada, probablemente alguna de sus últimas creaciones de 2019. Sus diseños aportan confort y algunos también ironía, por lo que se consideran iconos "pop", pero su elegancia le impide llegar a los excesos formales de los diseños Memphis. Ella era plenamente consciente de la evolución del "Bel Design" desde sus inicios a la actualidad, pues había participado en ello, y constata que "se ha convertido en pura investigación de la decoración, mientras que en los años cincuenta era diseño de función. Si había algo que no queríamos hacer era diseño decorativo, mientras que hoy no puedo pensar en un sólo objeto de diseño que refleje una función, un material". Una trivialización muy distante de su forma de pensar.




Cristalería CIBI, 1973






Silla "Fantasma",.FIAM, 1973 



Bolso bandolera. Prada, 2019.                                                Sofá "Brigadier". Knoll, 1978.


IV.- COMPROMISO.

 

Profesionalmente desarrolló una importante y dilatada  labor docente en el Politécnico de Milán y tuvo un reconocimiento internacional generalizado. Vitalmente Cini distaba bastante de la ligereza del “pop”, ella siempre mantuvo una idea de compromiso social, iniciada con su implicación partisana en la Segunda Guerra Mundial, cuando conoció a Renato Boeri un joven que luego fue un reconocido neurólogo/ psiquiatra, con el que se casó y tuvo tres hijos. Ese compromiso social se tradujo en sus ideas y aportaciones de diseños para la educación, era asesora sobre la mejora del modelo educativo, que juzgaba no debía regirse por criterios tradicionales de premio y castigo, sino por el estímulo de la creatividad, ideas propias del método Montessori; así era partidaria de espacios circulares, polivalentes y variables, y el “Serpentone” es un ejemplo para aportar esa variabilidad. Incluso entre sus últimos trabajos se ocupó de diseñar mobiliario para las celdas de la  prisión de Bollate, realizados por los presos en la carpintería de la prisión. Ella misma resume su ideología cuando expresa su visión del papel del arquitecto en la Sociedad: 




    

 


        Cini Boeri, Cantina Pieve Vecchia. 2012


Creo que el arquitecto debe poder relacionarse con la sociedad en la que vive, o más bien, la sociedad en la que le gustaría vivir: debe ser consciente de la política, economía, el entorno y el espacio en el que opera, y asegurarse de sus opciones en armonía con ellos”.

 






Cini Boeri. Villa Su Tre Livelli. 1993










Cini Boeri. Casa Su Tre  Livelli. Milan, 2007


Así lo sentía, pero de un modo muy personal, como afirma su hijo Stéfano (arquitecto autor de los edificios “Bosque Vertical”): "lo que considero inasible de mi madre es su elegancia, una especie de don natural, que definía cada una de sus acciones. Cini creaba objetos y edificios pop, extremadamente elegantes sin ser aburridos ni presuntuosos, una mezcla casi imposible que ella sabía cómo crear”… 






Ciertamente, Cini Boeri era una arquitecta artesana alejada del brillo de los grandes proyectos, su territorio era el diseño en lo cotidiano, desde la casa hasta un sofá o un vaso y ella, que era el estilo en sí misma, tenía la magia de saber transmitirlo a sus creaciones.





martes, 25 de agosto de 2020

LA PANDEMIA QUE ECLIPSÓ UN PRITZKER

Inevitablemente, todo 2020 gira en torno a la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias; la Arquitectura no puede permanecer ajena a ello, no sólo por las repercusiones en el diseño urbano y edificatorio sino, también en el protagonismo socio-cultural de determinados eventos relacionados con el debate y comunicación del diseño urbano y las arquitecturas que acoge. Así ha sucedido con el premio Pritzker de esta convocatoria, pues su resolución coincidió con la aparición mediática de una pandemia, que se presentaba distante y como gripe estacional "algo más fuerte". Los hechos se desarrollaron con rapidez y todo tipo de eventos pasó a un segundo plano. Grafton Architects, el Estudio de Arquitectura de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, han tenido la suerte de ser unas merecidas ganadoras del Pritzker, pero en el año que el premio pasa más desapercibido, aunque sus nombres ya forman parte de ese selecto club. Algo así le pasó a este artículo, que estaba destinado a la prensa, pero fue "desplazado" por la avalancha informativa del COVID-19; el tiempo pasado no ha repercutido en la valoración de Marzo y he preferido mantener el texto de entonces. En cualquier caso, la vida debe continuar y esta es una pequeña reflexión acerca de una obra que merece la atención que le han quitado los singulares acontecimientos de este año.




EL VECINO PREMIADO: FARRELL- MCNAMARA, PRITZKER DE 2020



Cada vez es más difícil adivinar los resultados de los Premios Pritzker de Arquitectura. La globalización, presente en numerosas “webs” de Arquitectura, ofrece un panorama difuso y mundial de múltiples profesionales que, a su vez, desarrollan su actividad en diferentes países, aunque no sean megaestudios de Arquitectura cuyo paradigma puede ser Sir Norman Foster. Posiblemente esta situación provoca una mayor búsqueda por parte del jurado de los Pritzker, de modo que vienen alternando premios entre arquitectos reconocidos, con una importante trayectoria en su obra realizada, y otros cuya obra tiene un carácter más comprometido, que refuerza nuevos valores sociales, ambientales, de sostenibilidad y de género.


Yvonne Farrell & Shelley McNamara son las arquitectas irlandesas ganadoras del Pritzker 2020 y cumplen esos valores y los de una Arquitectura poderosa, heredera de la tendencia brutalista del Movimiento Moderno, en cuya “Cuarta Generación” (arquitectos nacidos entre1950-1970, coincidiendo con el auge ese estilo) pueden ubicarse. Esta generación tuvo su formación universitaria en unos tiempos más discursivos, en torno a la crisis de la aplicación del funcionalismo y su nuevo urbanismo, que como innovadores de nuevos lenguajes arquitectónicos; así surgieron durante los “70” y “80” el neorracionalismo de “La Tendenza”, el “Pop” del “Postmodern”… Tendencias que buscaban sus referencias en la recuperación y manipulación de lenguajes pasados, incluso su tratamiento irónico, como asumía Robert Venturi, su representante más cualificado. Su formación irlandesa debió mantenerlas al margen de esas modas y, al contrario, puede apreciarse la influencia del “brutalismo” del Team 10, en especial de los Smithson (Allison y Peter). Desde 1978, asentaron su Estudio en la calle Grafton de Dublín, que también les dio el nombre, “Grafton Architects”, por el que son conocidas. Desde el principio hicieron de “Escuchar y observar” la base de su trabajo y fueron creciendo con una Arquitectura clara para entender, práctica en la resolución de necesidades, generosa en el volumen de sus espacios de relación, atenta a su entorno y al acceso de la luz natural en el interior; desde la orientación adecuada, base de su éxito funcional, pero también del sentimiento brutalista en el tratamiento contundente de materiales, pocos y en estado puro (brut). La Arquitectura de Farrell & McNamara es precisa, directa y sus proyectos no dejan margen a dudas o ambigüedades.  

 

82 Viviendas en North.King. Dublin



Trinity College MME (Dublin,1996)


Su trabajo del siglo XX apunta obras de interés, como el Trinity College MME en Dublin (2006), cuyo nuevo módulo dialoga con la edificación precedente, dinamiza su acceso, respeta la escala previa y anticipa una de sus especialidades: los espacios docentes. Pero dio un salto cualitativo con el siglo XXI, representando a Irlanda en la Bienal de Venecia de 2002, donde volvieron en 2008 con su Universidad Bocconni de Milán, una de sus múltiples obras premiadas. En efecto, con el nuevo siglo aumenta la magnitud de las obras y se extienden al ámbito internacional y destacan grandes edificios públicos, en especial Universidades, Centros Culturales y Oficinas. Siempre han desarrollado labores docentes, iniciadas en su Escuela matriz y ampliadas a otras universidades extranjeras: Mendrisio (Suiza), Lausana, Harvard… Superados 40 años de ejercicio profesional, piensan que su objetivo es “imaginar y crear mundos, espacios, lugares que eleven el espíritu humano. Buscar la respuesta tridimensional más apropiada para cada uno. No tener miedo de la experimentación ni de la complejidad”. Esta afirmación de principios se concreta  en algunas de sus obras que son más conocidas y que reflejan una evolución, desde el inicio local hacia una Arquitectura más cosmopolita e integrada en su entorno, de modo que en ese camino detectan sucesivas “huellas”.

       



Colegio Público Loreto (2002-2006). Ballinasloe (Galway) 





 Facultad de Medicina y Residencia de estudiantes en Limmerick (en uso desde 2012).



La huella local.
- Desde su comienzo hasta los primeros años del siglo actual, su arquitectura va ganando reconocimiento, superando el ámbito doméstico hacia encargos de mayor entidad. Como ejemplo, el  año 2000, es el conjunto residencial de 82 viviendas en la c./ North-King de Dublin, asentado como un conjunto compacto de 4/5 plantas construido en ladrillo rojo, conforme a su entorno urbano, y con un sistema particular de cerramiento deslizante de tableros, que proporciona una imagen variable de la fachada; sobre su aspecto tradicional se incorporan elementos innovadores. Pero ya eran apreciables sus ideas por los espacios docentes en encargos como su excelente ampliación del Trinity College MME (Dublin, 1996). De 2002 es el Instituto Urbano de Irlanda que, sobre un zócalo de hormigón desarrolla un cerramiento de ladrillo rojo, sobre cuyas fachadas se seleccionan de forma precisa los huecos para facilitar la iluminación natural interior del edificio, una constante de Grafton Arquitectos  En 2002 proyectan el Colegio público Loreto, construido en 2006, un edificio horizontal plenamente integrado en un paisaje periurbano de Ballinasloe una ciudad del condado de Galway (Irlanda). La construcción con bloques de hormigón facilita el ajuste a un presupuesto muy limitado. También se aprecia esa huella en la excelente Escuela de Medicina de Limmerick, aunque finalizada en 2012, utilizan la piedra caliza blanca en el edifico docente y recurren al ladrillo rojo en los tres bloques residenciales para los estudiantes.   

UTEC Lima, 2005-2015


La huella brutalista.- El primer éxito internacional relevante se produce en 2001, cuando ganan el concurso de la Universidad Bocconi en Milán, concluida en 2008; una manzana que pretende, y consigue, la interacción urbana con su planta baja, de usos abiertos, y que desarrolla el espacio docente en las plantas superiores. El megaedificio (65.000 m²) acusa los contrastes de cerramientos de hormigón y aperturas de vidrio, tanto de acceso como de vistas e iluminación. Junto con la UTEC de Lima, es probablemente el edificio que acusa más la huella brutalista, que quedará más matizada en obras posteriores. Esa idea de un volumen compacto pero permeable en planta baja se plantea similar en el Centro de Artes Solsticio, construido en 2007 en Navan (Irlanda), mucho más reducido, pero excelente en su precisión y tratamiento de materiales, que procuran ser propios de la zona (piedra, madera, cerámica), además del hormigón visto. El salto definitivo es en 2005, un año decisivo para el salto hacia el exterior, pues ganan el concurso de la UTEC (Escuela de Ingeniería) de Lima, construida diez años después, con un resultado espectacular: en un entorno urbano difícil por la proximidad de barrancos y edificios en altura, rodeado por redes viarias, apuesta por una arquitectura de expresión contundente, favorecida por el manejo de más presupuesto y complejidades. El UTEC se ejecuta en hormigón cuya configuración estructural compone unas fachadas, que acusan unas “costillas” imponentes, propias de un estadio que asumen el escalonamiento de módulos docentes en la fachada opuesta, con unos singulares espacios de relación abiertos: una obra impresionante auténticamente brutalista, que me parece algo descontrolada, a pesar de diversos premios, por su escala de exceso ajena al equilibrio de la mayoría de sus edificios. Naturalmente, el éxito en estos concursos abre las puertas a un imparable impulso internacional


     

 

Escuela de Económicas (Toulouse, 2009-2019)




Centro Cívico de la Universidad Kingstone, de Londres (en uso desde 2019).


La huella global.- Podría considerarse desde 2014 y esta designación es consecuencia del desarrollo de las fases anteriores, que perviven en ella, pero ya se afrontan grandes proyectos cuya importancia y complejidad no desmerece de los encargos de otros grandes estudios; el pequeño estudio de Dublín se mantiene en la misma calle, pero ha ampliado sus oficinas y las soluciones a la nueva escala de proyectos se resuelven con oficio, claridad y coherencia, que hacen parecer fácil el resultado. La búsqueda de volúmenes amplios y favorecedores de la relación en los espacios comunes y la penetración de la luz al interior y la permeabilidad con el espacio público se mantienen, pero se aprecia una mayor naturalidad en su concepción, así como mayor fluidez en el diálogo entre interior/ exterior. Tal vez sea consecuencia de ese “Escuchar y Observar” en contextos diferentes a su inicial referencia irlandesa. En esta etapa destacan: el Instituto Mines Telecom (2019), un edificio de 46.000 m²; la Escuela de Económicas de la Universidad de Toulouse (2019); El Town House y Centro Aprendizaje de la Universidad Kingston de Londres (2019); o la Escuela de Económicas de Londres, en construcción. Igual sucede con la Biblioteca y Centro Cultural en Dublin (proyectada en 2019) 


London School of Economics. En Costrucción.




El Reconocimiento.- Para su proyección y valoración crecientes, han sido relevantes su citada actividad docente y su presencia en diversos foros arquitectónicos. La participación en las bienales de Venecia son ejemplos, culminados en 2018, al asumir el cargo de comisarias para el que habían sido designadas. En España participaron el Tercer Congreso Internacional de Arquitectura y Sociedad (2014) convocado por la Fundación Arquitectura y Sociedad, cuya temática fue la “Arquitectura Necesaria”. Perú, Francia, Italia, Suiza, Reino Unido… y, por supuesto Irlanda, son escenarios de su actividad arquitectónica. Puede sorprender lo tardía de su proyección internacional, que tal vez influyera en que su nombre no figurase entre los favoritos para el Pritzker, pero conocida su obra tienen sobrados méritos. El Pritzker no es caprichoso y cada cual podrá opinar que otro candidato podría haber sido más idóneo, pero cada generación de arquitectos tiene un número muy limitado de personajes incontestables y el resto de los ganadores son excelentes profesionales con sobrados motivos para conseguirlo. Probablemente, la Arquitectura de Japón y Reino Unido concentra el mayor porcentaje de innovación global, algo que reflejan los Pritzker. Farrell y McNamara pertenecen al Instituto Real de Arquitectos de Irlanda y también al RIBA. La sorpresa relativa es que el vecino irlandés tiene un discurso con una energía propia que, aunque dentro de la tradición británica, le ha hecho ganar el Pritzker y merece la pena reproducir el último párrafo de la resolución del jurado, que resume los motivos del premio.


 

Biblioteca Centro Cultural Parnell, Dublín (Proyecto 2019) 


“Por su integridad en su enfoque tanto de sus edificios, como por la forma en que llevan a cabo su práctica, su creencia en la colaboración, su generosidad hacia sus colegas, especialmente como se evidencia en eventos como la Bienal de Venecia 2018, su compromiso incesante con la excelencia en arquitectura, su actitud responsable hacia el medio ambiente, su capacidad de ser cosmopolitas al mismo tiempo que abrazan la singularidad de cada lugar en el que trabajan, por todas estas razones y más, Yvonne Farrell y Shelley McNamara reciben el Premio Pritzker de Arquitectura 2020”.



Centro Anthony Timberlands. Universidad Arkansas. Ganadoras Concurso Internacional.2020


Y la obra continúa; el mismo mes de marzo de 2020 su proyecto ganó en el concurso internacional del Centro Anthony Timberlands, de la Universidad de Arkansas, una aproximación a la experiencia norteamericana. La mayoría de las fotografías son de  Muchas más obras merecían su reseña en este comentario, pero el modo más fácil de conocerlas es la propia página web de "Grafton Architects". Como despedida se añaden imágenes del mencionado Centro de Artes Solticio en Navan (Irlanda). Un edificio permeable y semienterrado, para integrarse en el discreto tejido urbano que le rodea  y que funciona desde 2007.



   





Centro Cultural "Solsticio" en Navan (Irlanda), en uso desde 2007.


La relación de fotógrafos es la siguiente:

- Ros Kavanagh: Instituto Urbano de Irlanda, Colegio Público Loreto, Centro de Arte Solsticio en Navan (Irlanda), 82 Viviendas en North King Street (Dublin).  
- Dennis Gilbert: Trinity College MME (Dublin), Facultad de Medicina y residencia   de estudiantes en Limmerick, Centro Cívico Universidad de Kingstone (Londres).
-Iwan Baam: UTEC, Escuela Técnica de Ingeniería (Lima).
- Brunetti: Universidad Alberto Bocconi (Milán).
- Frederique Felix-Fauré, Facultad de Económicas, Universidad de Toulouse.