martes, 25 de agosto de 2020

LA PANDEMIA QUE ECLIPSÓ UN PRITZKER

Inevitablemente, todo 2020 gira en torno a la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias; la Arquitectura no puede permanecer ajena a ello, no sólo por las repercusiones en el diseño urbano y edificatorio sino, también en el protagonismo socio-cultural de determinados eventos relacionados con el debate y comunicación del diseño urbano y las arquitecturas que acoge. Así ha sucedido con el premio Pritzker de esta convocatoria, pues su resolución coincidió con la aparición mediática de una pandemia, que se presentaba distante y como gripe estacional "algo más fuerte". Los hechos se desarrollaron con rapidez y todo tipo de eventos pasó a un segundo plano. Grafton Architects, el Estudio de Arquitectura de Yvonne Farrell y Shelley McNamara, han tenido la suerte de ser unas merecidas ganadoras del Pritzker, pero en el año que el premio pasa más desapercibido, aunque sus nombres ya forman parte de ese selecto club. Algo así le pasó a este artículo, que estaba destinado a la prensa, pero fue "desplazado" por la avalancha informativa del COVID-19; el tiempo pasado no ha repercutido en la valoración de Marzo y he preferido mantener el texto de entonces. En cualquier caso, la vida debe continuar y esta es una pequeña reflexión acerca de una obra que merece la atención que le han quitado los singulares acontecimientos de este año.




EL VECINO PREMIADO: FARRELL- MCNAMARA, PRITZKER DE 2020



Cada vez es más difícil adivinar los resultados de los Premios Pritzker de Arquitectura. La globalización, presente en numerosas “webs” de Arquitectura, ofrece un panorama difuso y mundial de múltiples profesionales que, a su vez, desarrollan su actividad en diferentes países, aunque no sean megaestudios de Arquitectura cuyo paradigma puede ser Sir Norman Foster. Posiblemente esta situación provoca una mayor búsqueda por parte del jurado de los Pritzker, de modo que vienen alternando premios entre arquitectos reconocidos, con una importante trayectoria en su obra realizada, y otros cuya obra tiene un carácter más comprometido, que refuerza nuevos valores sociales, ambientales, de sostenibilidad y de género.


Yvonne Farrell & Shelley McNamara son las arquitectas irlandesas ganadoras del Pritzker 2020 y cumplen esos valores y los de una Arquitectura poderosa, heredera de la tendencia brutalista del Movimiento Moderno, en cuya “Cuarta Generación” (arquitectos nacidos entre1950-1970, coincidiendo con el auge ese estilo) pueden ubicarse. Esta generación tuvo su formación universitaria en unos tiempos más discursivos, en torno a la crisis de la aplicación del funcionalismo y su nuevo urbanismo, que como innovadores de nuevos lenguajes arquitectónicos; así surgieron durante los “70” y “80” el neorracionalismo de “La Tendenza”, el “Pop” del “Postmodern”… Tendencias que buscaban sus referencias en la recuperación y manipulación de lenguajes pasados, incluso su tratamiento irónico, como asumía Robert Venturi, su representante más cualificado. Su formación irlandesa debió mantenerlas al margen de esas modas y, al contrario, puede apreciarse la influencia del “brutalismo” del Team 10, en especial de los Smithson (Allison y Peter). Desde 1978, asentaron su Estudio en la calle Grafton de Dublín, que también les dio el nombre, “Grafton Architects”, por el que son conocidas. Desde el principio hicieron de “Escuchar y observar” la base de su trabajo y fueron creciendo con una Arquitectura clara para entender, práctica en la resolución de necesidades, generosa en el volumen de sus espacios de relación, atenta a su entorno y al acceso de la luz natural en el interior; desde la orientación adecuada, base de su éxito funcional, pero también del sentimiento brutalista en el tratamiento contundente de materiales, pocos y en estado puro (brut). La Arquitectura de Farrell & McNamara es precisa, directa y sus proyectos no dejan margen a dudas o ambigüedades.  

 

82 Viviendas en North.King. Dublin



Trinity College MME (Dublin,1996)


Su trabajo del siglo XX apunta obras de interés, como el Trinity College MME en Dublin (2006), cuyo nuevo módulo dialoga con la edificación precedente, dinamiza su acceso, respeta la escala previa y anticipa una de sus especialidades: los espacios docentes. Pero dio un salto cualitativo con el siglo XXI, representando a Irlanda en la Bienal de Venecia de 2002, donde volvieron en 2008 con su Universidad Bocconni de Milán, una de sus múltiples obras premiadas. En efecto, con el nuevo siglo aumenta la magnitud de las obras y se extienden al ámbito internacional y destacan grandes edificios públicos, en especial Universidades, Centros Culturales y Oficinas. Siempre han desarrollado labores docentes, iniciadas en su Escuela matriz y ampliadas a otras universidades extranjeras: Mendrisio (Suiza), Lausana, Harvard… Superados 40 años de ejercicio profesional, piensan que su objetivo es “imaginar y crear mundos, espacios, lugares que eleven el espíritu humano. Buscar la respuesta tridimensional más apropiada para cada uno. No tener miedo de la experimentación ni de la complejidad”. Esta afirmación de principios se concreta  en algunas de sus obras que son más conocidas y que reflejan una evolución, desde el inicio local hacia una Arquitectura más cosmopolita e integrada en su entorno, de modo que en ese camino detectan sucesivas “huellas”.

       



Colegio Público Loreto (2002-2006). Ballinasloe (Galway) 





 Facultad de Medicina y Residencia de estudiantes en Limmerick (en uso desde 2012).



La huella local.
- Desde su comienzo hasta los primeros años del siglo actual, su arquitectura va ganando reconocimiento, superando el ámbito doméstico hacia encargos de mayor entidad. Como ejemplo, el  año 2000, es el conjunto residencial de 82 viviendas en la c./ North-King de Dublin, asentado como un conjunto compacto de 4/5 plantas construido en ladrillo rojo, conforme a su entorno urbano, y con un sistema particular de cerramiento deslizante de tableros, que proporciona una imagen variable de la fachada; sobre su aspecto tradicional se incorporan elementos innovadores. Pero ya eran apreciables sus ideas por los espacios docentes en encargos como su excelente ampliación del Trinity College MME (Dublin, 1996). De 2002 es el Instituto Urbano de Irlanda que, sobre un zócalo de hormigón desarrolla un cerramiento de ladrillo rojo, sobre cuyas fachadas se seleccionan de forma precisa los huecos para facilitar la iluminación natural interior del edificio, una constante de Grafton Arquitectos  En 2002 proyectan el Colegio público Loreto, construido en 2006, un edificio horizontal plenamente integrado en un paisaje periurbano de Ballinasloe una ciudad del condado de Galway (Irlanda). La construcción con bloques de hormigón facilita el ajuste a un presupuesto muy limitado. También se aprecia esa huella en la excelente Escuela de Medicina de Limmerick, aunque finalizada en 2012, utilizan la piedra caliza blanca en el edifico docente y recurren al ladrillo rojo en los tres bloques residenciales para los estudiantes.   

UTEC Lima, 2005-2015


La huella brutalista.- El primer éxito internacional relevante se produce en 2001, cuando ganan el concurso de la Universidad Bocconi en Milán, concluida en 2008; una manzana que pretende, y consigue, la interacción urbana con su planta baja, de usos abiertos, y que desarrolla el espacio docente en las plantas superiores. El megaedificio (65.000 m²) acusa los contrastes de cerramientos de hormigón y aperturas de vidrio, tanto de acceso como de vistas e iluminación. Junto con la UTEC de Lima, es probablemente el edificio que acusa más la huella brutalista, que quedará más matizada en obras posteriores. Esa idea de un volumen compacto pero permeable en planta baja se plantea similar en el Centro de Artes Solsticio, construido en 2007 en Navan (Irlanda), mucho más reducido, pero excelente en su precisión y tratamiento de materiales, que procuran ser propios de la zona (piedra, madera, cerámica), además del hormigón visto. El salto definitivo es en 2005, un año decisivo para el salto hacia el exterior, pues ganan el concurso de la UTEC (Escuela de Ingeniería) de Lima, construida diez años después, con un resultado espectacular: en un entorno urbano difícil por la proximidad de barrancos y edificios en altura, rodeado por redes viarias, apuesta por una arquitectura de expresión contundente, favorecida por el manejo de más presupuesto y complejidades. El UTEC se ejecuta en hormigón cuya configuración estructural compone unas fachadas, que acusan unas “costillas” imponentes, propias de un estadio que asumen el escalonamiento de módulos docentes en la fachada opuesta, con unos singulares espacios de relación abiertos: una obra impresionante auténticamente brutalista, que me parece algo descontrolada, a pesar de diversos premios, por su escala de exceso ajena al equilibrio de la mayoría de sus edificios. Naturalmente, el éxito en estos concursos abre las puertas a un imparable impulso internacional


     

 

Escuela de Económicas (Toulouse, 2009-2019)




Centro Cívico de la Universidad Kingstone, de Londres (en uso desde 2019).


La huella global.- Podría considerarse desde 2014 y esta designación es consecuencia del desarrollo de las fases anteriores, que perviven en ella, pero ya se afrontan grandes proyectos cuya importancia y complejidad no desmerece de los encargos de otros grandes estudios; el pequeño estudio de Dublín se mantiene en la misma calle, pero ha ampliado sus oficinas y las soluciones a la nueva escala de proyectos se resuelven con oficio, claridad y coherencia, que hacen parecer fácil el resultado. La búsqueda de volúmenes amplios y favorecedores de la relación en los espacios comunes y la penetración de la luz al interior y la permeabilidad con el espacio público se mantienen, pero se aprecia una mayor naturalidad en su concepción, así como mayor fluidez en el diálogo entre interior/ exterior. Tal vez sea consecuencia de ese “Escuchar y Observar” en contextos diferentes a su inicial referencia irlandesa. En esta etapa destacan: el Instituto Mines Telecom (2019), un edificio de 46.000 m²; la Escuela de Económicas de la Universidad de Toulouse (2019); El Town House y Centro Aprendizaje de la Universidad Kingston de Londres (2019); o la Escuela de Económicas de Londres, en construcción. Igual sucede con la Biblioteca y Centro Cultural en Dublin (proyectada en 2019) 


London School of Economics. En Costrucción.




El Reconocimiento.- Para su proyección y valoración crecientes, han sido relevantes su citada actividad docente y su presencia en diversos foros arquitectónicos. La participación en las bienales de Venecia son ejemplos, culminados en 2018, al asumir el cargo de comisarias para el que habían sido designadas. En España participaron el Tercer Congreso Internacional de Arquitectura y Sociedad (2014) convocado por la Fundación Arquitectura y Sociedad, cuya temática fue la “Arquitectura Necesaria”. Perú, Francia, Italia, Suiza, Reino Unido… y, por supuesto Irlanda, son escenarios de su actividad arquitectónica. Puede sorprender lo tardía de su proyección internacional, que tal vez influyera en que su nombre no figurase entre los favoritos para el Pritzker, pero conocida su obra tienen sobrados méritos. El Pritzker no es caprichoso y cada cual podrá opinar que otro candidato podría haber sido más idóneo, pero cada generación de arquitectos tiene un número muy limitado de personajes incontestables y el resto de los ganadores son excelentes profesionales con sobrados motivos para conseguirlo. Probablemente, la Arquitectura de Japón y Reino Unido concentra el mayor porcentaje de innovación global, algo que reflejan los Pritzker. Farrell y McNamara pertenecen al Instituto Real de Arquitectos de Irlanda y también al RIBA. La sorpresa relativa es que el vecino irlandés tiene un discurso con una energía propia que, aunque dentro de la tradición británica, le ha hecho ganar el Pritzker y merece la pena reproducir el último párrafo de la resolución del jurado, que resume los motivos del premio.


 

Biblioteca Centro Cultural Parnell, Dublín (Proyecto 2019) 


“Por su integridad en su enfoque tanto de sus edificios, como por la forma en que llevan a cabo su práctica, su creencia en la colaboración, su generosidad hacia sus colegas, especialmente como se evidencia en eventos como la Bienal de Venecia 2018, su compromiso incesante con la excelencia en arquitectura, su actitud responsable hacia el medio ambiente, su capacidad de ser cosmopolitas al mismo tiempo que abrazan la singularidad de cada lugar en el que trabajan, por todas estas razones y más, Yvonne Farrell y Shelley McNamara reciben el Premio Pritzker de Arquitectura 2020”.



Centro Anthony Timberlands. Universidad Arkansas. Ganadoras Concurso Internacional.2020


Y la obra continúa; el mismo mes de marzo de 2020 su proyecto ganó en el concurso internacional del Centro Anthony Timberlands, de la Universidad de Arkansas, una aproximación a la experiencia norteamericana. La mayoría de las fotografías son de  Muchas más obras merecían su reseña en este comentario, pero el modo más fácil de conocerlas es la propia página web de "Grafton Architects". Como despedida se añaden imágenes del mencionado Centro de Artes Solticio en Navan (Irlanda). Un edificio permeable y semienterrado, para integrarse en el discreto tejido urbano que le rodea  y que funciona desde 2007.



   





Centro Cultural "Solsticio" en Navan (Irlanda), en uso desde 2007.


La relación de fotógrafos es la siguiente:

- Ros Kavanagh: Instituto Urbano de Irlanda, Colegio Público Loreto, Centro de Arte Solsticio en Navan (Irlanda), 82 Viviendas en North King Street (Dublin).  
- Dennis Gilbert: Trinity College MME (Dublin), Facultad de Medicina y residencia   de estudiantes en Limmerick, Centro Cívico Universidad de Kingstone (Londres).
-Iwan Baam: UTEC, Escuela Técnica de Ingeniería (Lima).
- Brunetti: Universidad Alberto Bocconi (Milán).
- Frederique Felix-Fauré, Facultad de Económicas, Universidad de Toulouse.