martes, 6 de octubre de 2020

CINI BOERI Y/O EL ESTILO.



Con el fallecimiento de Cini Boeri, desaparece la última de una excepcional trilogía italiana de arquitectas-diseñadoras: Lina Bo Bardi (1914-1992), Gae Aulenti (1927-2012) y la misma Cini Boeri (1924-2020). Son tres personalidades femeninas indudables en actividades predominantemente masculinas, en la época que inician su actividad. Fueron arquitectas por formación, con referencia en Milán (Lina estudió en Roma, pero se asentó en Milán antes de su “epifanía” brasileña) y como alumnas y colaboradoras trabajan con Gio Ponti, el arquitecto seminal del Movimiento Moderno en Italia, fundador de la revista “Domus” y quien marca el perfil del arquitecto-diseñador, que alcanzaría su mayor proyección en los años “60” y “70”, y que sigue asociado con diseño italiano. Cada una aporta su visión arquitectónica en los edificios que diseñaron, pero participan de ese reconocido “diseño italiano” elaborado por prestigiosas firmas, que se nutrían de ese mundo de diseñador@s (Lina se vuelca en su nueva nación, pero mantiene esa versatilidad en la distancia). Las tres diseñan objetos pero se aproximan a ellos desde diferentes escenarios vitales; el activismo cultural en el exuberante contexto brasileño (Lina), la de Arquitectura más prolífica  y reconocida diseñadora y escenógrafa (Gae) y la de obra más próxima, viviendas unifamiliares, interiores y objetos, cuya presencia respiraba su “estilo”: Cini



      Cini Boeri




Gae Aulenti                                                       Lina Bo Bardi

 

 I.- COMIENZOS.

 

Gio Ponti sabía apreciar el talento y había mucho entre sus alumnos, así que no le pasó desapercibido el de Cini Boeri y es conocida su invitación a trabajar en su estudio, nada más terminar la carrera (1951): ”si quieres trabajar, pasa el lunes por mi estudio”. Así lo hizo, pero a los tres meses cambió al de Marco Zanusso, otro referente del “Bel Design” italiano, con quien colaboró en Arquitectura Interior, fundamentalmente. Ernesto Nathan Rogers, el primo italiano Richard Rogers y miembro del estudio milanés BBPR,  formaba parte de ese grupo, fue profesor suyo y Cini recuerda su influencia, con la siguiente cita:



Lámpara Abate Jour. Arteluce 1975             Poltrona Borgoña. Arflex 1964


“La personalidad individual no nos interesa mucho, la personalidad del trabajo nos preocupa mucho más. Nos importa poco que se diga que un edificio es 'tal' o 'tal' si el monumento no comunica su propia alma. Una casa tiene que ser el hogar primero, e importa menos si es 'mía' o 'tuya'. Un artista, cuando es verdaderamente tal, siempre deja un rastro de sí mismo en su trabajo, y este signo, creemos, es tanto más profundo cuanto menos le importaba al artista grabarlo. Este principio que informa nuestros proyectos le cuesta a todos el sacrificio de los suyos”.




Cini Boeri. Boborelax. Arflex1967. Luceta (Stilnovo, 1974) y Lampara de mesa (Arteluce 1968)                                    

Cini decidió independizarse, en 1963 abrió su propio estudio y el éxito la acompañó. Sus diseños fueron parte de los catálogos de primeras marcas,  y mantenía su trabajo de interiores, así como los encargos de viviendas unifamiliares. Éstas no obedecían a un estilismo arquitectónico concreto o propio, sino a una singularidad en cada uno, como respuesta personal de la arquitecta a la intención de sus clientes y el entorno donde se ubica. Aunque su trabajo más destacable es como diseñadora, pues es abrumadora la cantidad de diseños de éxito que produjo en mobiliario, iluminación y complementos en general, los resultados son fieles al espíritu de Ernesto Rogers, lo explica con claridad:







 


                   Mesa "Lunario". Knoll 1972








Silla Bottolo. Arflex 1973







                                                                      Butaca y sofá "Pecorella". Arflex, 1972. 

II.- VIVIENDAS.

“Mi experiencia se relaciona principalmente con usuarios independientes que me pidieron que construyera su lugar, su casa. ¡Y eso no es poco! Su hogar significa su refugio, su seguridad, sus afectos, su socialización, su descanso y su capacidad para reflexionar. También puede significar sus sueños, sus deseos. Y los arquitectos debemos dar forma a todo esto”.

 

Así se puede apreciar que sus viviendas son más “objetos” que “máquinas” de habitar y responden a deseos personales del cliente, subjetivos, relacionados con su entorno abriéndose o cerrándose a él, según el ambiente o el paisaje. En 1966 recibió un primer encargo en la isla Madalena, la Casa Rotonda, que como todos sus edificios es de cuidada ejecución y formalista por su planta, producto del maclado parcial de dos círculos encajados en la curva natural de una escollera, que hizo sencillo insertar la casa adaptada a esa forma de la construcción. El círculo principal se articula en torno a un atrio circular, abierto en sus vistas al mar, desde el que se accede a las dependencias y a la cubierta plana, convertida en terraza semiencastrada en el terreno.  












Cini Boeri. Casa Rotonda 1967 


La isla le resultó tan atractiva, que al año decidió construir su propia casa en la isla: la Casa Maddalena (1967), popularmente conocida como la “Casa Bunker”; naturalmente es una obra apreciada especialmente, pues era para su familia. Tiene ese aspecto de mastaba o de un verdadero bunker, como se la conoce popularmente, pero en ella subyace la “domus” romana, con un atrio y estancia central al que se abren cuatro dormitorios con sus baños individuales, y una cocina común, de modo que se cierran tres paños y el cuarto está abierto al paisaje de la bahía, haciendo un toldo, como espacio zaguán de transición al exterior. La vivienda se asienta en un terreno descendente hacia el mar y las dependencias se adaptan a la topografía, que desde la plataforma del atrio central, accede mediante escalones a cada habitación. Estas dos casas, Rotonda y Bunker, formalmente no guardan relación, a pesar de ser construidas con un año de diferencia, pero sí se aprecia el “rastro” del artista que planteaba Ricardo Rogers: ambas se conciben con sobriedad y se ejecutan con gran precisión, se adaptan al terreno, se organizan funcionalmente respecto a un atrio central y éste se abre al paisaje deseado. Las imágenes resultantes son concluyentes y coherentes con su idea de que “la Arquitectura debe: provocar, ayudar a la gente y, si es buena, mejorar con los años”.

 




Cini Boeri. Casa "Bunker". 1968


En la misma línea de independencia estilística y adaptación al lugar se plantean sus obras realizadas, entre otras se acompañan imágenes de la Casa del Bosque (1969), cuya planta, como siempre se integra en el lugar, respetando el arbolado de abedules preexistente y se dispone con un trazado quebrado que se acusa en una planta muy dinámica expresada en su movida envolvente. En el interior, los espacios se suceden fluidamente, diferenciándose mediante diferentes niveles las estancias, que se cierran mediante sistemas correderos. En obras posteriores adoptó criterios más  próximos a la idea de tipología residencial convencional,  pero siempre acordes con el entorno de ubicación. La Villa en Porrentruy (Alsacia, 1989, Suiza) donde se impone la cubierta de fuertes pendientes por las nevadas de la zona; la Villa sul tre Libeli en Piacenza (1993), con una imagen rural, adaptada a una topografía permeable en su planta baja, que condiciona sus tres niveles; Casa La Sbandata, en La Maddalena (2004), el terreno es descendente y con vistas al mar, el ayuntamiento limitó la ocupación a la de la edificación preexistente, la inclinación de la fachada hacia el mar, junto a la pendiente de la cubierta permite una mejor protección del sol y los huecos de la planta superior se abrieron buscando las mejores vistas, la escalera exterior en la fachada norte, permite el acceso a la terraza de la cubierta. Son ejemplos de viviendas de aspecto más convencional, igualmente interesantes y en armonía con su entorno, respecto al que procuran crear espacios de transición entre interior y exterior, mediante el uso de jardinería o el añadido de carpas. También realizó edificios no residenciales con la misma elegancia que sus diseños, como la “Cantina Pieve Vecchia”, que la supuso un desafío especial, pues era ajena a la cultura del vino, al ser abstemia. Su respuesta fue una excelente bodega realizada en 2012 en Grosseto, plenamente adaptada a la ondulada topografía del terreno e integrada en el paisaje. Ella afirmaba que “me gusta más diseñar interiores, porque la disposición de los espacios siempre refleja una determinada forma de vida”. Ciertamente ese punto de partida supone una aproximación relevante al cliente y realizó numerosos e importantes encargos, en la Trump Tower de New York, acondicionó una planta. Se adjunta el acondicionamiento de unos 330 m² en un palacio del Centro Histórico de Milán, la "Casa su tre livelli", pero es más difícil encontrar imágenes.  


 





Cini Boeri. Casa en el Bosque. 1969 




Cini Boeri, Casa La Sbandata. 2004


III.- DISEÑO.


Su diseño de mobiliario constituye otro universo paralelo y especialmente prolífico. Para ella, el diseño industrial representa la provocación, “proyectar para hacer la costumbre más divertida”, y así produce numerosos y variados diseños de mobiliario, iluminación, complementos, menaje… que comercializarán las principales casas de diseño (Arflex, Arteluce, Knoll, FIAM, Arnolfo di Cambio). Investiga la incorporación de nuevos materiales, como el poliuretano, que permitan mayor confort, evitando estructuras internas y así sucede con el “Serpentone”, una propuesta de diván de extensión y configuración variable, la butaca “Bobo-Relax”, ejemplos que conviven con variados diseños de sofás, como las series “Strip” de sofás, divanes y camas, o “Pecorella” de sofá y butaca” de patas vistas (inspirado en la obra de Christo Vladimirov), la silla “Bottolo” (una peculiar transformación de oveja)… Incluso, cansada de diseñar sofás, divanes, mesas… decide diseñar algo “invisible” y lo concreta en la “Ghostchair” realizada plegando una lámina de vidrio de 12 mm de espesor, con Tomu Katayanagi como colaborador.


   Cini Boeri. Serpentone (1). Arflex, 1971

      Cini Boeri. Serie "Strips", 1972.



   Cini Boeri. Serpentone (2). Arflex, 1971



Su diseño trasciende del mobiliario y entra en la mejora funcional del entorno cotidiano, en gran variedad de objetos: lámparas para Arteluce, cristalerías, bolsos para Prada, probablemente alguna de sus últimas creaciones de 2019. Sus diseños aportan confort y algunos también ironía, por lo que se consideran iconos "pop", pero su elegancia le impide llegar a los excesos formales de los diseños Memphis. Ella era plenamente consciente de la evolución del "Bel Design" desde sus inicios a la actualidad, pues había participado en ello, y constata que "se ha convertido en pura investigación de la decoración, mientras que en los años cincuenta era diseño de función. Si había algo que no queríamos hacer era diseño decorativo, mientras que hoy no puedo pensar en un sólo objeto de diseño que refleje una función, un material". Una trivialización muy distante de su forma de pensar.




Cristalería CIBI, 1973






Silla "Fantasma",.FIAM, 1973 



Bolso bandolera. Prada, 2019.                                                Sofá "Brigadier". Knoll, 1978.


IV.- COMPROMISO.

 

Profesionalmente desarrolló una importante y dilatada  labor docente en el Politécnico de Milán y tuvo un reconocimiento internacional generalizado. Vitalmente Cini distaba bastante de la ligereza del “pop”, ella siempre mantuvo una idea de compromiso social, iniciada con su implicación partisana en la Segunda Guerra Mundial, cuando conoció a Renato Boeri un joven que luego fue un reconocido neurólogo/ psiquiatra, con el que se casó y tuvo tres hijos. Ese compromiso social se tradujo en sus ideas y aportaciones de diseños para la educación, era asesora sobre la mejora del modelo educativo, que juzgaba no debía regirse por criterios tradicionales de premio y castigo, sino por el estímulo de la creatividad, ideas propias del método Montessori; así era partidaria de espacios circulares, polivalentes y variables, y el “Serpentone” es un ejemplo para aportar esa variabilidad. Incluso entre sus últimos trabajos se ocupó de diseñar mobiliario para las celdas de la  prisión de Bollate, realizados por los presos en la carpintería de la prisión. Ella misma resume su ideología cuando expresa su visión del papel del arquitecto en la Sociedad: 




    

 


        Cini Boeri, Cantina Pieve Vecchia. 2012


Creo que el arquitecto debe poder relacionarse con la sociedad en la que vive, o más bien, la sociedad en la que le gustaría vivir: debe ser consciente de la política, economía, el entorno y el espacio en el que opera, y asegurarse de sus opciones en armonía con ellos”.

 






Cini Boeri. Villa Su Tre Livelli. 1993










Cini Boeri. Casa Su Tre  Livelli. Milan, 2007


Así lo sentía, pero de un modo muy personal, como afirma su hijo Stéfano (arquitecto autor de los edificios “Bosque Vertical”): "lo que considero inasible de mi madre es su elegancia, una especie de don natural, que definía cada una de sus acciones. Cini creaba objetos y edificios pop, extremadamente elegantes sin ser aburridos ni presuntuosos, una mezcla casi imposible que ella sabía cómo crear”… 






Ciertamente, Cini Boeri era una arquitecta artesana alejada del brillo de los grandes proyectos, su territorio era el diseño en lo cotidiano, desde la casa hasta un sofá o un vaso y ella, que era el estilo en sí misma, tenía la magia de saber transmitirlo a sus creaciones.





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