Los Premios y Distinciones
del CSCAE han dejado en su Ceremonia de Entrega un paisaje bastante ilustrativo
de la actualidad de la Arquitectura Española. De la sutil traza del futuro
incierto en los premios de 2019 de Arquitectura y Urbanismo, al trazo firme e
intemporal de la Arquitectura Española Internacional y la Medalla de Oro de la
Arquitectura. Fue una ceremonia plena de alusiones al compromiso con la
emergencia climática, por los representantes institucionales, y pródiga en
comunicaciones por los premiados y sus presentadores, que traslucían la
afirmación previa, con lugar para la intensidad incluso el toque “surrealista”.
El premio de Arquitectura en esta convocatoria, además de los valores
arquitectónicos ha tenido como referencia los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de la “Agenda 2030” de la ONU. El jurado acordó que el premio fuera compartido entre el “Museo del Clima en Lleida”,
de Toni Gironés y promovido por el Ayuntamiento y “Catorce VPO que forman parte del proyecto “Life
Reusing Posidonia”, en el municipio de Sant Ferrán, en Formentera”, sus autores
son un equipo de jóvenes arquitectos. Ciertamente las obras premiadas tienen un
fuerte carácter local, tanto por sus singulares opciones edificatorias, como
por su escala: pueden ser fuente de inspiración, pero de génesis tan singular
que no son representativas del discurso habitual de la Arquitectura y, desde
luego que existen otros premios orientados a ese tipo de propuestas
arquitectónicos.
Llátzer Moix no
es un crítico de Arquitectura en el sentido académico, pero sí es un ameno e
irónico ensayista sobre ella. Realizó un inteligente elogio sobre el Museo del
Clima, como oportunidad ante la pérdida de financiación, por la crisis, sobre
una obra iniciada y cómo esa Arquitectura de Toni Gironés, inacabada y a la
intemperie, alcanza en esas condiciones su identidad, lejos del concepto
convencional de un espacio museístico. Un ejemplar proyecto de coste
decreciente, frente a las multiplicaciones presupuestarias de algunos
arquitectos estrella. En la entrega del premio al promotor se produjo el
momento surrealista del acto; según parece, no fue posible que asistiera ningún
representante del Ayuntamiento de Lleida:
ante el hecho de tratarse de premios de Arquitectura Española, no fue
suficiente la conocida vinculación independentista y con la ANC del presidente
del CSCAE. La ausencia municipal permitió conocer al embajador de España en
Andorra, que pronunció unas sentidas palabras en la recogida.
Las 14 viviendas
de VPO en alquiler en Formentera, forman parte del proyecto europeo LIFE
REUSING POSIDONIA, que recurre a la construcción tradicional de la zona y
plantea la reutilización de “palets” de madera y la posidonia seca como
aislamiento, productos residuales en el lugar; naturalmente es una opción local
y no generalizable, pues la posidonia es la principal alga de las praderas
submarinas mediterráneas, que están protegidas. El proyecto es sencillo, pero
ha recibido numerosos premios por su indudable coherencia e integración medioambiental,
siendo sus arquitectos Antonio Martín Procopio, Xim Moyá Costa, Alfonso Reina
Ferragut, Carles Oliver Barceló.
La Ciutat Vella
de Barcelona es un ejemplo de Regeneración y Rehabilitación Urbana sobradamente
conocido; un referente para este tipo de intervenciones, que mantiene viva su
voluntad innovadora. Esta vez recibe el Premio de Urbanismo por su Plan de
Usos, que incorpora la utilización del “big data” para definirlo, un trabajo
que se basa en la exhaustiva información cartografiada de ese entorno urbano.
Los autores son unos jóvenes arquitectos que integran el equipo “300.000 km por
segundo”, dirigido por Mar Santamaría y Pablo Martínez.
El Premio de la Arquitectura
Española Internacional ha recaído sobre el Archivo Histórico del Estado de
Oaxaca (Méjico), un proyecto espectacular de Ignacio Mendaro Corsini. Es un
edificio poderoso, plenamente encajado en su entorno y que mezcla las
referencias a la arquitectura vernácula y el brutalismo moderno. Ciertamente es
una excelente proyección exterior de la Arquitectura Española. También se hizo
una mención a la Ampliación de la Universidad Alioune Diop, en Bambey (Senegal)
de los arquitectos Javier Pérez Uribarri y Federico Pardos Auber.
La Medalla de Oro de la
Arquitectura Española se entregó a Alberto Campo Baeza, cuya obra
arquitectónica y labor docente tienen un reconocimiento generalizado, como puso
de manifiesto el prolongado aplauso recibido, tras la fraternal “laudatio” de Ignacio
Vicens y Hualde. Campo Baeza ha alcanzado el mayor premio de la Arquitectura
Española con una obra limitada (unos cuarenta edificios) pero indiscutible, que
califica como “intensa”, más que minimalista; para él el minimalismo no es un
objetivo inicial, sino la consecuencia de la eliminación de lo superfluo y los
resultados no admiten duda.
Estimo que la Arquitectura
que expresa el “estado del Arte” de un País, nada menos, debe ser admirable en
su funcionalidad, respetuosa y beneficiosa para su entorno y potente en su
imagen; no debe dejarse llevar por criterios de oportunidad, siempre
circunstanciales, y debe referirse a obras terminadas, o suficientemente
terminadas pues puede haber fases, para que la Sociedad pueda apreciar la
aportación del edificio. Lamentablemente ha habido magníficos proyectos que
nunca llegaron a construirse, pero su interés latente no excede del minoritario
ámbito profesional, en el mejor de los casos. Cuando el jurado opta por tomar
como referencia los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de la Agenda 2030 de la
ONU, asume criterios muy respetables de oportunidad, pero que restringen la
verdadera valoración de la Arquitectura; hubiera sido preferible una
convocatoria específica para este tipo de edificios, como ya existen y muestran
los premios que llevan acumulados al respecto. ¿La próxima convocatoria tendrá
los mismos valores de referencia?... No debería ser así, pues lo previsible es
que, a medio plazo, todos los edificios que se presenten sean sostenibles,
conforme a los ODS y las normativas que se van implantando. Algo similar sucede
con el premio de Urbanismo, que no responde a una realidad física como
resultado, sino a una herramienta de análisis, en este caso “big data” sobre
usos, que permite transferir al planeamiento criterios para la intervención en
un Plan de Usos… Una propuesta de interés y a manejar en un futuro
progresivamente complejo pero, aunque cada vez se diluya más la frontera entre
lo físico y lo virtual, sigue existiendo una distancia.
La controversia se evidencia
al apreciar dos tipos de obras: limitadas por su carácter exploratorio y
entidad reducida, correspondientes a la convocatoria de Premios de la
Arquitectura Española 2019, y obras “intensas”, según Campo Baeza, y de
poderosa construcción, relacionada con lo que solemos llamar Arquitectura.