1. Burgos tiene un perfil de ciudad media de 180.000 habitantes, conservadora, tranquila y agradable para el visitante. Como casi todas las ciudades españolas su calidad de vida mejoró mucho, desde la llegada de los Ayuntamientos Democráticos, aunque en este caso las mayores transformaciones urbanas se produjeron desde 2002: Desvío del Ferrocarril y recuperación urbana de los terrenos del viejo trazado (proyecto de “masterplan” de Herzog y De Meuron), el complejo de la Evolución Humana (Auditorio, Museo y Centro de Investigación, proyectado por Juan Navarro Baldeweg), Nuevo Hospital, Desarrollo de Rondas interiores, Rehabilitación del Centro Histórico, Referencia y Premio de Movilidad Sostenible, por el desarrollo de un proyecto europeo “Cívitas- Carabel”, etc. Son los principales proyectos ejecutados, aunque existen unos cuántos más de interés, pero de menor entidad. Esta actividad se tradujo en un incremento del endeudamiento, que se agravó con el estallido de la burbuja inmobiliaria y alcanzó 154 millones de euros de deuda viva (851€/ habitante) en 2012, según el Ministerio de Economía, pero la peor amenaza puede ser la deuda de dos consorcios municipales (con antiguas entidades financieras locales) sobre los terrenos del ferrocarril (150 millones) y un polígono industrial (90 millones).
2 El
Bulevar Ferroviario,
tras la eliminación de la travesía urbana del ferrocarril, es la
expresión de una profunda transformación urbanística que afecta a
Burgos. Los terrenos directamente afectados abarcan unos 12 kms y
unas 200 Has, atraviesa terrenos de muy variada condición (urbanos
consolidados, sectores urbanizables, parques periurbanos). El desvío
ferroviario está en funcionamiento desde hace años, incluso están
urbanizados parte de los terrenos liberados en suelo urbano, los que
fueron objeto del “masterplan “ del “Bulevar Ferroviario”
realizado por HDM, pero con la crisis la ocupación de solares por
edificios, cuyo valor de suelo financiaba la operación urbanística,
es muy lenta y subyace en la deuda del consorcio mencionado. Es obvio
que una operación de esta magnitud supone una ciudad diferente, de
unos 220.000 habitantes; se desarrollará en un plazo dilatado, entre
veinte y treinta años, y dependerá de la capacidad de Burgos para
mantener su ritmo de desarrollo de los últimos cincuenta años. Las
propuestas de HDM se recogieron como modificaciones del Plan General
de Ordenación Urbana pero, además, estaba previsto que proyectaran
dos edificios para el Consorcio, de los cuales se presentó uno en el
Colegio Oficial de Arquitectos y quedó “aparcado sine die”. El
bulevar es un proyecto discreto, cuya imagen más singular la aporta
la iluminación, mediante unas luminarias suspendidas de cables
tendidos desde unos mástiles. Ciertamente el prestigio de “los
Pritzker” HDM como diseñadores de edificios no se discute, pero
este encargo de bulevar era una escala incómoda para ellos, aunque
difícil de resistir ante unos honorarios importantes.
3.
Gamonal fue un
municipio anexionado que en los años “60” absorbió la mayor
parte del proceso desarrollista burgalés (Burgos fue designado Polo
de Promoción Industrial en 1963). Este hecho dejó prácticamente
inalterada la estructura urbana preexistente, pero produjo un
desarrollo urbano acelerado de baja calidad durante los primeros
veinte años, cuando el municipio casi dobló su población (de
82.177 a 156.449 habitantes entre 1960 y 1981). Entonces se construía
con fuertes densidades y edificios en altura, unas once plantas, sin
garajes, de modo que el único aparcamiento posible era el que
acogían las calles; el incremento acelerado del parque
automovilístico creó en Gamonal un problema histórico pendiente de
solución. El visitante se sorprenderá ante el uso natural de la
doble o triple fila, incluso por las noches, pero los vecinos han
desarrollado un singular sistema de ocupación que parece resolver
satisfactoriamente el tema de aparcar sin bloqueos. Cualquier estudio
de tráfico y movilidad evidencia la necesidad de aparcamientos y, en
agosto de 2005, se iniciaron obras para hacerlo en la avenida Eladio
Perlado, pero nada más iniciarlas se produjeron violentos
disturbios, muy similares a los de ahora, y ante el rechazo de los
vecinos, que no querían la reducción de plazas de aparcamiento en
el espacio público, se desestimaron las obras. Entonces no había
crisis económica, pero los estudios previos indicaban una reducida
demanda de las plazas de garaje a precios inferiores al coste de
construcción.
4.
El bulevar de la discordia
se desarrolla sobre la arteria principal de Gamonal, la calle
Vitoria, y asume un diseño de bulevar similar al realizado, según
la propuesta de Herzog y De Meuron, sobre los terrenos liberados del
Ferrocarril: un carril de circulación en cada sentido, carril de
vehículos públicos, carril bici, reducida presencia de
aparcamientos en superficie y ampliación de áreas peatonales y
arbolado. Parece correcto ante un estado actual manifiestamente
mejorable, ya que se acusan todas las limitaciones de sus orígenes
y, puesto que los edificios continuarán durante muchos años, la
mejora de la calidad urbana debe centrarse en el espacio público y
los equipamientos. La sustancial pérdida de plazas de aparcamiento
en superficie, sobre el espacio público y gratuitas a pesar de las
incomodidades reflejadas, marcan una línea de rechazo fundamental
por parte de la mayoría de los vecinos, que no quieren perderlas y
plantean la ubicación de aparcamientos en otras zonas de menor
impacto comercial.
5.
La crisis ha
castigado a la población burgalesa (18.000 parados) y de modo
especial al barrio de Gamonal (70.000 habitantes). Además el
Ayuntamiento ha reducido servicios sociales dentro de sus políticas
de austeridad. Se parte de un contexto mucho más desfavorable que el
de 2005. La obra prevista supone 8.000.000 € para el tratamiento de
un “kilómetro de oro” y otros 5.000.000 €, a asumir por la
constructora mediante una concesión administrativa de cuarenta años
sobre plazas de garaje a 19.000 €. La carga de la deuda de 851€/
persona, se incrementaría en 45 € más, sin contar costes
financieros. La respuesta de los beneficiarios directos ha sido NO.
No más deuda y menos si es a costa de la desaparición de servicios
existentes menos costosos (empezando por el aparcamiento). El mensaje
reiterado de la austeridad ha llegado a los ciudadanos y sus
deterioradas economías y ha sorprendido la filosofía tradicional de
los políticos, de presentar obras nuevas como mejoras de sus
mandatos; como resultado se ha producido un choque violentamente
imprevisto, que plantea múltiples reflexiones.
6.
Los incidentes creados
por el inicio de las obras de un bulevar en el barrio de Gamonal han
desbordado, holgadamente, cualquier escenario de conflicto que
hubieran imaginado sus principales protagonistas: Ayuntamiento y
vecinos, incluso los burgaleses en general. Nadie esperaba ser
noticia de portada en los noticiarios internacionales, pero así ha
sucedido. Las imágenes de violencia son llamativas y remiten a otros
estallidos, en Francia o Inglaterra, pero al pasear por la “zona
cero”. En este caso se ha observado un claro criterio selectivo: la
destrucción se concretó en locales de entidades financieras (sólo
se respetó a Bankinter), además de los contenedores, mobiliario urbano y medios
auxiliares de la constructora; el resto de los locales particulares,
incluso los que carecen de actividad, no fueron afectados. Esa
selección implica que “los vecinos no tiran piedras contra su
propio tejado” y evidencia que entre los protagonistas de los
incidentes, no había peligrosos “antisistema foráneos”
infiltrados. España lleva tiempo en el punto de mira de su
estabilidad social. El deterioro económico y su insoportable tasa de
paro del 26%, agravado en los jóvenes con la mayor tasa de la U.E.
superior al 50%, el desánimo por la corrupción, suponen las bases
para una temida conflictividad social; pero, hasta ahora, los
españoles han mostrado una gran capacidad de sacrificio y de
solidaridad en las estructuras familiares y asistenciales no
gubernamentales. Sin embargo, tras seis años de crisis, se anuncia
una recuperación financiera, pero una dilatada salida para la
generación de empleo. Con la llegada de la crisis se admitió que
ésta sería la primera generación, en muchos años, que viviría
peor que sus padres; pero se trata más bien de una “generación
perdida”, yo diría que “entre paréntesis”, cuyo drama joven
es que no se ve el cierre.
7.
Las redes sociales son
la gran vía de socialización de nuestros días. Es indiscutible su
enorme potencial de movilización, pero también se ha constatado su
incapacidad para concretar respuestas. Su carácter difuso aporta una
promiscuidad inicial que se decanta en una lucha de poder, en las que
los más radicales tienen mayores opciones de éxito, a costa de
anular a la mayoría. El desconcierto generado por la “primavera
árabe” y sus dramáticos resultados posteriores son un ejemplo.
Sin esperanzas claras, pero con unas redes sociales de potencial
inflamable, incluso se circuló la muerte de un manifestante
atropellado por la policía, los jóvenes se alejan del Sistema, lo
que supone un serio problema por sus riesgos potenciales. El discurso
de Marshall Mc Luhan sobre la calidez de los medios de comunicación
ha sido desbordado porque, cuando llegan los medios de comunicación
convencionales, la Red ya ha generado la noticia, incluso puede
“estar de vuelta”. Es un escenario muy incómodo para la poca
agilidad de las Instituciones.
8.
El 15 M fue un
icono de protesta cívica ante la degradación de un sistema de
derechos ciudadanos. Nunca quiso ser nada más que un movimiento de
conciencia, lo que ha demostrado ser una aspiración demasiado
modesta, también fue noticia de portada y llamó a muchas
conciencias, incluso fuera de España; pero fue efímero. Ahora “lo”
que se espera y teme es un icono de rebelión social violenta y su
contagio; Burgos y su bulevar, que pasaban por allí en un difícil
contexto socioeconómico, parecen dar la imagen que los medios
aguardaban. La realidad es más sencilla; los vecinos de Gamonal no
son estereotipos políticos, como se les trata en los debates de
estos días, son gente normal y basta hablar con ellos para ver su
decepción por no haber sido escuchados, están molestos por la
tensión generada y desconcertados por un protagonismo involuntario.
Tiene razón el alcalde, Javier Lacalle, cuando afirma que la paz
social es más importante, pero es lamentable que esa violencia injustificable,
minoritaria y curiosamente selectiva, concretada en locales de
entidades financieras, haya sido clave para ser
atendidos. Las ciudades deben tener foros de diálogo que impidan
crecer a minorías violentas. Las dificultades del momento requieren
acuerdos y los hechos reflexión.
9.
Un nuevo contrato ciudadano encubre
la percepción de los vecinos del barrio de Gamonal, que es
manifiestamente mejorable y tiene un problema histórico de
aparcamiento, pero al poder establecido legítimamente, se le
plantean criterios de oportunidad y sensibilidad en un contexto de
crisis, local y nacional. Lo importante de éste caso es el cambio
que supone para una nueva valoración de las políticas locales:
“olvidar las inauguraciones, mantener lo existente lo mejor posible
y evitar aumentos de deuda e impuestos, porque los ciudadanos no
tienen dinero, tras seis años de crisis”. Como diría Javier
Marías, es un Nuevo Contrato Social y lo que subyace es un modo de
gobierno (gobernanza) menos espectacular, más humilde y
transparente, para una Sociedad más compleja e interactiva, pero aún
por configurar. La ciudad es de todos y, en este caso, los vecinos
han ejercido su “derecho a la ciudad” en lo que les afectaba
directamente, su barrio, y han rechazado la propuesta municipal, por
argumentos funcionales, pero sobre todo económicos en una situación
de crisis. Cuando no hay dinero para encender la calefacción, te
cortan la luz, te desahucian o se vive en la penuria, no es razonable
incrementar deudas y aumentar impuestos. Este detalle debe ser
considerado por los políticos y sacar conclusiones, por el bien de
todos.
10. Todos estamos en la Red y los Ayuntamientos no pueden ignorar esa interactividad. La movilización ciudadana pude surgir con facilidad, con razón o sin ella, pero siempre favorecida por la opacidad y las dificultades socioeconómicas. Las Administraciones debe tener un papel activo para transmitir su actuación al ciudadano, basada en la eficiencia y la transparencia. Ello supone la divulgación de los proyecto de interés general que se promueven de “arriba- abajo”, pero debe abrir una vía de participación opuesta, que se genere de “abajo arriba”, de las demandas de mejora más inmediatas al entorno ciudadano y los técnicos, especialmente los arquitectos, debemos ocupar un papel importante para dar forma a esa participación. Una participación verdaderamente democrática, que transciende del mero papel legitimador de la exposición pública con alegaciones, muy respetable, pero insuficiente cuando se dilucidan intereses locales concretos. El caso de Gamonal es un ejemplo, aunque se trate de una arteria urbana principal, el impacto sobre el espacio público es esencialmente local.
11.
El “Síndrome de Gamonal”
es el indicio del deterioro económico y social, de la realidad de
muchos ciudadanos. Es un aviso, como lo fue el 15 M, y los españoles
han demostrado madurez y contención, como en la Transición, pero
nuestros políticos deben reflexionar sobre la regeneración del
Sistema en plena crisis. Son avisos y quizá la próxima vez los
hechos puedan ser más graves.