EL ÚLTIMO VIAJE DE OSCAR NIEMEYER A
BRASILIA.
“Para mí la arquitectura no es lo más
importante. Importantes son la familia, los amigos y este mundo injusto que
debemos modificar”
“Minha Arquitectura”, Oscar Niemeyer.
Oscar
Niemeyer era brasileño y arquitecto y su obra expresa toda la exuberancia vital
de su país y una personalísima versión del Movimiento Moderno que, en sus
manos, dejó de ser el “estilo internacional” para ser un “estilo cosmopolita”,
abriendo la vía a la fusión con elementos autóctonos de los diferentes lugares.
Como expresa la cita inicial, su compromiso con la sociedad de su tiempo ha
sido nítido e inequívoco, como asumía el Movimiento Moderno, pero ha sido un
caso singular por su capacidad para disfrutar y crear vida, ofreciendo su arquitectura
al disfrute de las personas, que eran quienes le importaban verdaderamente;
ello le ha supuesto su reconocimiento universal más allá de ideologías.
Naturalmente, también encontró oposición en sectores más ortodoxos del M. M.,
como Max Bill o Walter Gropius, críticos ante el exceso, la sensualidad y la
singularidad brasileña, pero su sombra se alarga hasta el “formalismo
aleatorio” del último “star system” de la Arquitectura , Zaha
Hadid, Peter Eisenman, Toyo Ito… incluso Santiago Calatrava, aunque todas las
comparaciones son odiosas y, a veces muy odiosas, estimo más espontánea,
funcional y poética la obra de Niemeyer.